Túnez, viaje a las mil y una noches
Estas vacaciones tuvimos la suerte de pasar 2 semanas de vacaciones en Túnez, en Monastir para ser exacta. Para los niños y para mí fue la primera vez en África, mi esposo ya había ido de chico. Túnez está localizada en la parte norte de África, a solo unos minutos en avión de Italia. A diferencia del resto de África, el norte de este continente pertenece al mundo Árabe, es decir, hablan y escriben árabe, su aspecto físico es musulmán y la religión que profesa la mayoría es el Islam. Después de la conquista Romana, Túnez fué conquistada por los Turcos y formó parte durante 3 siglos del imperio Otomano. Finalmente fué conquistada por Francia en los 1800´s, logrando su independecia en 1957 al mando del presidente Habib. Hasta la fecha se habla francés como segundo idioma. La comida no es picante, pero sí muy condimentada, con abundantes frijoles, garbanzos y cous cous. Para acompañar las comidas hay una especie de tortilla de harina, que me recordó muchisimo a las tortillas sobaqueras de mi tierra Sonora, México.
En casa siempre discutimos sobre la vacaciones, ya que a mi esposo le encanta la playa y el quiere pasar cada segundo de las vacaciones tirado en la arena. Mientras que yo quiero salir del hotel, conocer, ver como vive la gente local etc. En esta ocasión tuvimos la oportunidad de hacer las 2 cosas. Disfrutamos muchísimo las hermosas y cristalinas playas de Túnez, y también tuvimos la oportunidad de ir Souss y a Monastir, que estaban a solo 10 kms de nuestro hotel.
En Souss, que es la tercer ciudad más grande de Túnez, nos paseamos por su famosa Medina. La Medina es el centro, calles angostas llenas de puestos y vendedores que te invitan a comprar sus productos y que están dispuestos a negociar hasta llegar al precio más justo. En la entrada de la Medina está una Mezquita grande y muy bonita que está abierta para los turistas. Para ir a la ciudad es siempre mejor ir acompañada de un hombre y lo más cubierta posible, para evitar que algún lugareño te moleste o te vean raro. Para mí fué una experiencia muy interesante y varias veces me tocó que me confundieran con musulmana. No puedo negar que los mexicanos y los musulmanes somos fisicamente muy parecidos.
Días después fuimos de paseo a Monastir, en donde tuvimos la oportunidad de conocer el Mausoleo en donde descansa el cuerpo del famoso presidente Habib Bourguiba. El lugar es espectacular y lleno de lujos por todos lados. Es definitivamente un lugar que no te puedes perder de visitar. Al frente del Mausoleo está el castillo más antiguo de África. La entrada para niños es gratis y los adultos pagan 7 dinares, que son aproximadamente 2 dólares. La vista desde arriba del castillo es espectacular, se puede ver todo Monastir y sus hermosas playas color azul turqueza. El castillo da la impresión que estuviera construido solo de arena, es muy impresionante. A solo unos metros del castillo, nos tocó escuchar el llamado de Allah. Este se oye por todo el país cerca de la hora de la oración. Quisímos entrar a la Mezquita que estaba ahí cerca, pero desafortunadamente era una Mezquita solo para hombres y solo para musulmanes, por lo cuál la entrada a los turistas no estaba permitida. Sin embargo nos permitieron tomar una foto desde la puerta, en donde se aprecia el patio y a los hombres musulmanes aseandose antes de hacer sus oraciones.
Finalmente para cerrar con broche de oro nuestras vacaciones, paseamos en una caravana de camellos. La experiencia es indescriptible. Los camellos son unos animales fascinantes y misteriosos. En la caravana pudimos visitar brevemente un asentamiento de beduinos, darnos una idea de como viven, y probar sus deliciosos panes. Claro que al día siguiente nos dolía hasta el último pelo del cuerpo por la montada del camello, pero aún así la experiencia no la cambiamos por nada.
El hotel en el que nos hospedamos se llama One Resort y tiene un parque aquático con varios toboganes. Los cuartos son amplios y limpios, y los jardínes y arquitectura muy inspiradores. Gracias al plan todo incluído pudimos probar todo tipo de comida y bebida tanto local como internacional, y el equipo de animación con mini club fué siempre amable y amistoso.
Definitivamente solo puedo recomendar Túnez como destino tanto de descanso, como cultural. Yo quedé maravillada de este paseo por las mil y una noches.